El ministro de Economía, *Luis “Toto” Caputo*, bajó a la trinchera financiera: se instaló en las mesas de operación del Banco Central para monitorear y enfrentar una suba acelerada del dólar, tanto en el mercado oficial como en futuros. Fue en la madrugada de ayer, cuando el “modo emergencia” se encendió: fuentes del mercado confirmaron que Caputo permaneció desde las 5 a.m. en las mesas de bancos estatales, coordinando operaciones en tiempo real para evitar saltos abruptos en el tipo de cambio. El panorama que motiva esta intervención es complejo: el dólar oficial viene cerca del *nuevo límite de 1.700 pesos*, y sin la presencia directa del ministro la divisa podría haber quebrado esa barrera. El objetivo: contener su avance hasta las elecciones de septiembre. Si bien el derrumbe del cepo y la implementación de un régimen de “flotación sucia” le dieron al gobierno cierto margen de maniobra, la presión del mercado y los reclamos del FMI por liberar el dólar erosionan ese espacio, obligando al BCRA a volver a la intervención activa. Caputo, con experiencia como ex presidente del Central y ministro durante gobiernos anteriores, decidió involucrarse personalmente. Fue la señal de que el plan económico está al límite: las reservas caen, la deuda crece y cualquier temblor cambiario puede tener impacto real en inflación e incertidumbre política. En este contexto, todo indica que la estrategia consiste en intervenir también en futuros: el gobierno busca evitar que operadores financieros aceleren ventas anticipadas y refuercen una escalada irracional del dólar. El mensaje es directo: el Estado ya no mira desde afuera; está jugando en la cancha cambiaria, con el ministro en la línea de fuego y dispuesto a sostener el tipo de cambio a pura intervención.   * Caputo se mudó a las mesas del BCRA para controlar el dólar "spot" y los contratos a futuro. * El mercado estaba a punto de romper la barrera de 1.700 pesos. * Intervención directa busca contener volatilidad y reducir presión inflacionaria. * FMI pide mayor flexibilización, pero el ministro prioriza estabilidad preelectoral. * Señal clara de que el programa económico está en “zona roja”: el dólar ya no se maneja solo por mercado, el Estado pisa el acelerador.   Con Caputo en la trinchera, el gobierno intenta dar mensajes de control y responsabilidad. Pero la pregunta sigue en pie: ¿puede sostener esta ofensiva cambiaria sin perder credibilidad ni reservas?